¡Hola! Soy Tati 馃憢
Como les comentó Fede, la idea de este blog es generar un canal de comunicación en donde podamos acompañar el proceso del barefoot y hacia una vida más natural a través de libros, experiencias y cualquier contenido que pensemos que les pueda servir o interesar.
En este correo me gustaría hablarles de un libro que en su momento fue un suceso y a mí en particular me ayudó a pensar un montón: Sapiens: de animales a dioses, de Yuval Noah Harari. El libro es de uno de los historiadores más citados de este siglo y explica de una forma muy didáctica la macro historia desde las comunidades primitivas de homo sapiens hasta la organización social que conocemos hoy en día.
Si me propusiera ahondar en el libro en su totalidad no alcanzaría este ni varios correos así que pensé en segmentar algo muy particular y compartirlo acá. Me refiero al capítulo en el que habla de la revolución de la agricultura. Como el nombre lo indica, es el proceso por el que los humanos pasamos de ser nómades a establecernos mayormente en sociedades sedentarias. Esto permitió la creación de ciudades y con ello la mayoría de los avances sociales, culturales y tecnológicos que hasta hoy conocemos. Es decir, sin dudas un gran avance para la humanidad. Sin embargo, hay un punto que el autor señala y que llama la atención porque es contraintuitivo: las condiciones objetivas de vida de los humanos en forma individual empeoraron. |
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Sapiens: de animales a dioses, de Yuval Noah Harari. Fuente: Yuval Noah Harari. |
¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo podría resultar mejor andar sin rumbo, cazando y recolectando en vez de tener un lugar de asentamiento seguro? Bueno, pensemos que se pasó de tener una dieta variada (frutas, verduras, caza) a una concentrada (solamente los animales o cultivos a los que se dedicaran). Pero no solo eso, se transformó en un modo de vida auto esclavizante, porque los alimentos requerían ser cultivados, labrados, cosechados, cuidados de las plagas y de otros humanos. También proliferaron las enfermedades al tener comunidades mucho más numerosas, al punto que Harari llama este proceso como “la mayor estafa de la historia”. También se pregunta si no podría decirse que el trigo domesticó al ser humano en vez de que el ser humano haya domesticado el trigo.
Si quisieras ampliar sobre este tema hay muchísimo para profundizar, empezando por el mismo libro. A mí no me gustan en general las posiciones absolutas y entiendo la afirmación como una provocación. Sin embargo, esta idea me disparó en su momento a pensar en muchas otras. ¿Viste todas las cosas que no necesitamos pero de las que estamos convencidos que somos dependientes?
Esta es una de las tantas ideas poderosas del libro. La revolución agrícola, aunque nos proporcionó seguridad alimentaria, también trajo consigo un deterioro en nuestra salud y bienestar. Al abandonar el nomadismo y adoptar el sedentarismo, perdimos parte de nuestra libertad y nos hicimos más vulnerables a enfermedades. ¿Nadie se dio cuenta de esto? Bueno, sucede que los cambios como estos son trascendentales pero se producen de una manera tan gradual que también se vuelven imperceptibles. |
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"¿Viste todas las cosas que no necesitamos pero de las que estamos convencidos que somos dependientes?" |
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Probablemente ningún humano haya vivido lo suficiente como para comparar las ventajas y desventajas. Y de haberlo hecho, antes estaría más preocupado por asegurar su subsistencia. Pero una vez que hemos sobrevivido y sí podemos reflexionar sobre lo que nos hace bien y lo que nos hace mal nos encontramos con que naturalizamos un montón de cosas que nos hacen mal. Creo que ya se entiende hacia dónde voy.
Por otro lado y yendo a lo nuestro, hay evidencias arqueológicas de diversas partes del mundo demuestran que el uso de calzado es casi tan antiguo como la humanidad misma. Pinturas rupestres y herramientas encontradas en cuevas europeas sugieren que los primeros humanos ya curtían pieles y utilizaban calzado.
En América, se han hallado sandalias de corteza vegetal en Oregon y de fibra trenzada en Missouri, datadas en miles de años antes de Cristo. Incluso en Egipto, se han encontrado representaciones de la elaboración de calzado en tumbas de más de 6.000 años de antigüedad. De hecho, ya un pueblo muy antigüo como los hititas había desarrollado zapatos con tacos. |
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Sandalias de hojas de palma tejidas. Fuente: The British Museum |
En el sentido de lo que veníamos hablando, nos encontramos con que los zapatos nacieron con una necesidad muy específica pero luego fueron adquiriendo características estéticas y de status. Esto se fue dando gradualmente pero no advertimos que ya no solo no sirven para lo que fueron pensados sino que además debilitan nuestros pies, nuestra habilidad y afecta nuestra relación con el entorno. Al igual que el autor del libro dice del trigo, nuestros pies son los que parecieran tener que adaptarse a nuestros zapatos. Gradualmente también nos acostumbramos a eso.
Cedemos comodidad para que se puedan adaptar a una forma más estética y nos adaptamos a una mala postura para poder medir algunos centímetros más. Es exactamente una de esas cosas que nos llegamos a convencer de que tenían que ser de una manera cuando siempre pudieron haber sido de otra.
Bueno, ahora creo que mi punto está más claro.
Empezamos Zapiens pensando que era una forma excelente de atacar uno de estos problemas mientras trabajábamos entre amigos en algo que nos gustaba. Espero que hayas disfrutado este post y que te dispare a leer o investigar sobre alguna de las ideas que trajimos.
Un abrazo grande,
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