Puedo escribir los Blogs más tristes este día. O, al menos, los más honestos. Como muchos ya saben, Fede y yo estamos embarcados en un camino que a veces se siente solitario y lleno de desafíos. Pero de eso hablaremos más adelante.
Primero, queremos compartir algunas cosas que estamos aprendiendo en este camino, lo que se encuentra en la esencia misma de lo que hacemos en Zapiens. Es la belleza de sentir, de conectar, de volver a lo que es auténtico. Por eso, hemos destilado 20 consejos, no solo como instrucciones, sino casi como versos para cualquier alma que quisiera probar correr en barefoot.
20 Consejos para Correr en Barefoot:
- Sentí la tierra: El primer paso no es correr, es caminar. Tanto física como mentalmente es mejor adaptarse primero a la sensación de pisar distinto. Dejá que tus pies, como lectores ávidos, descifren las texturas del suelo. Es la primera lección.
- La zancada es un susurro: Acortá los pasos, reducí el impacto. Que tu pisada sea un susurro, no un grito contra el suelo. No hace falta que la fuerces.
- El mediopié, el corazón de la pisada: Aterriza con la mitad de tu pie, de forma suave, elástica. Es el regreso al ritmo natural, al eco de la tierra.
- Menos es más: Menos amortiguación, más sensibilidad. Las zapatillas barefoot no te aíslan; te conectan.
- Variedad de terrenos, la mejor biblioteca: Pasto, arena, tierra, pequeñas piedras. Cada superficie es un libro que enseña a tus pies una nueva lección de fuerza y adaptación.
- El tobillo, un verdadero poeta: Dejá que tu tobillo se flexione y se adapte. Es la bisagra que une tu cuerpo al mundo. Ahora le vas a exigir mucho más que cuando usabas calzado tradicional, por eso hay que entrenarlo de a poco para que sea más fuerte y más flexible.
- Los dedos, pequeños anclas: Dejalos expandirse. Agarran el terreno, te dan estabilidad. Son tus raíces. Vas a sentir cuando corras el trabajo que hacen tus dedos, también prestales atención al entrenar.
- El silencio del dolor: Si hay dolor, detenete. Es una señal. Como en la vida, no te quedes donde hay dolor.. Escúchalo y entendé el mensaje.
- La técnica, como una danza: Buscá la postura erguida, la inclinación ligera. Es la danza de nuestros ancestros persiguiendo su alimento, la repetición te va a llevar a hacerla correctamente, bailar bien es bailar a tu ritmo.
- Fortalecé tus raíces: Hacé ejercicios para los pies. Los músculos intrínsecos son la base de todo tu edificio.
- El asfalto, un maestro exigente: Introducirlo gradualmente. Te obliga a perfeccionar tu técnica y a ser más consciente.
- La cadencia, el ritmo de un tambor: Aumentá el ritmo de tus pasos. Menos impacto, más música.
- Hidratación, como un río que fluye: Mantenete hidratado. El agua es la vida que corre por tus venas. Vos te vas a dar cuenta cuando el cuerpo te pide tomar y cuánto es demasiado.
- El descanso, la pausa en el verso: La recuperación es tan importante como el entrenamiento. Escuchaste a alguien recitando un poema en voz alta? Los silencios son la clave.
- La respiración, el aliento: Conectá con ella. Es tu motor interno, el aliento para cada zancada. Sentite cómodo con la respiración y vas a encontrar tu ritmo.
- El calzado, una segunda piel: Que tus zapatillas sean una extensión de tu pie, no una armadura. Elegí bien tu talle y disfrutá.
- La paciencia, la gran virtud: ¿Alguna vez viste las formas de un acantilado en su encuentro con el agua? Es el efecto de años de oleaje sobre la piedra. Repetí y tu cuerpo va a aprender por la sola costumbre. Confiá en ese lento proceso, dejá que las olas te moldeen.
- El paisaje como un gran lienzo: No te limites a ver los kilómetros, ahí se esconde la ansiedad. Mirá el paisaje, sentí el viento. La carrera es más que una meta.
- El balance, la armonía del cuerpo: Corré de manera equilibrada. Escuchá ambos lados de tu cuerpo, honrá la simetría.
- La libertad, el destino final: Correr barefoot es una elección. Es un acto de libertad, un regreso a la esencia. Miralo así y vas a llegar más lejos.
Y ahora, la parte que da título a este correo. La canción desesperada.
Porque detrás de cada poema, cada consejo y cada kilómetro, siempre hay una lucha. Fede y yo estamos entrenando para un maratón, y no siempre es fácil (acá seguimos todas nuestras alegrías y desventuras tanto en la preparación como en la fabricación de nuestra primera zapatilla deportiva http://www.youtube.com/@zapiens_shoes ).
Hay días de cansancio, de dolor, de preguntarnos si realmente podemos o fue una mala idea. Este año Fede va a ser padre y yo tuve la idea de hacer una segunda maestría (ya sé, lo mío es más fácil) y en el medio tenemos que hacer crecer una empresa. El entrenamiento ya se volvió de una intensidad que requiere horas todos los días. Hay otras cosas que descuidamos, hay prioridades que se reacomodan y un objetivo que, a veces, parece inalcanzable. Es una batalla contra uno mismo, una prueba de fe en el proceso.
Pero esta "desesperación" no es de derrota. Es el motor, el anhelo profundo de que todo este esfuerzo valga la pena. No solo por cruzar una meta, sino por honrar el camino. A veces pienso que voy a llegar, que al canal de youtube le va ir bien y que las zapatillas van a quedar excelente; pero ¿De qué puede servir si no lo disfrutamos? Es una canción que suena en la cabeza cuando los pies golpean el suelo, cuando el cuerpo se exige y la mente se pone un poco borrosa. Es la búsqueda de una conexión más profunda con nosotros mismos y con la comunidad que nos acompaña.
Al igual que elegimos el camino del barefoot porque creemos en la autenticidad del movimiento, elegimos este desafío porque creemos en la autenticidad del esfuerzo. Y queremos compartirlo con vos, con honestidad y sin filtros.
Gracias por ser parte de esta comunidad que valora cada paso, cada esfuerzo y cada emoción. Nos vemos en el camino.
Un abrazo, Tati
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